sábado, 29 de junio de 2013

Y TODO POR UN CARNERO

            Corría el año 1880 (año arriba, año abajo) cuando mi tatarabuelo Santiago Martín Hernández,  trabajaba de pastor sirviendo para unos señores.

           
Un día, en el pueblo de La Zarza, en la zona de Las Salinas, se acostó como de costumbre con las ovejas mientras amarizaban*. En ese momento, pasaron unos de Aldeádavila, que venían de otro lugar montados en mulos. Esos hombres pensaron que Santiago estaba dormido. En ese momento les oyó decir: “¿Lo matamos y le robamos, o solo le robamos?”.  A lo que el otro contesto: “No, déjalo; que esta dormido”.

           
Así pues, le robaron un carnero  y se marcharon.  Después de lo ocurrido Santiago fue al pueblo para dar noticia a los amos de lo que le había sucedido. Según parece, Santiago había reconocido que esos hombres eran de Aldeadávila, y siguiendo las huellas que habían dejado los mulos, les pudieron detener en Aldea.

Amarizar*, (http://www.rae.es/) :
 
(Del lat. meridiāre, sestear).
 León, Sal. y Zam. Dicho del ganado: sestear. U. m. c. prnl.
1. intr. Pasar la siesta durmiendo o descansando.2. intr. Dicho del ganado: Recogerse durante el día en un lugar sombrío para descansar y librarse de los rigores del sol.
Fuente: Melquiades Martín Calvo.Barakaldo, 12-11.07

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