domingo, 30 de junio de 2013

LOS PERROS Y EL PASTOR

 No son pocas las veces que se indica que el mejor amigo del hombre es el perro, ya que es un animal muy leal que acompaña a su dueño en todas las ocasiones, incluidos en los momentos más difíciles.

En referencia a esa creencia tan extendida, señalaré un suceso acaecido en La Zarza de Pumareda hace muchísimos años. Los vecinos más ancianos  del municipio recuerdan que sus abuelos cuando contaban el relato ya indicaban que había ocurrido bastantes años atrás, por lo que se hace difícil situarla en el tiempo. Aquí os lo presento.

Había un pastor en el pueblo, como tantos y tantos otros, que pasaba todo el año, día y noche, en el campo cuidando de sus ovejas con sus dos perros fieles. Cierto día, el hombre ya mayor, falleció.

Cuando los vecinos se dispusieron a trasladar el cuerpo sin vida hasta el mismo pueblo, los perros, por más que los acompañantes lo evitaban, seguían detrás a su ya difunto amo. Finalmente, tras la insistencia de unos y la perseverancia de otros, consiguieron que los perros regresaran al campo con el rebaño.

Aquel mismo día por la noche, tras haber sido enterrado el hombre, los perros habían olisqueado el camino que les llevaba hasta el pueblo, y allí se acercaron. Al parecer se pasaron la noche entera aullando. Así pues, el comentario del pueblo a la mañana siguiente fue que no pudieron pegar ojo, ya que los perros no habían permanecido en silencio ni un solo instante. Pero ahí no acaba la historia. Un hombre se acercó al cementerio –por casualidad-, y cual no sería su sorpresa al ver que en la tumba donde yacía el pastor la tierra estaba levantada.

Según parece, los perros habían pasado parte de la noche escarbando en el lugar, ya que habían olisqueado que allí se encontraba su amo y aunque intentaron sacarlo, por suerte, no lo consiguieron. 

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