Posted by Isabel Martín Hernández in 03/27/2010
Cuando mozos y mozas acudían a la zona de Los Reventones, en el término de Mieza, para apañar la aceituna, muchos eran los esfuerzos que debían realizar, ya que antes de comenzar a apañar, debían pasar por caminos muy difíciles de acceder. Al parecer, el camino que mejor se encontraba era el del molino.
A pesar de lo costoso que era el trabajo de la aceituna, los que allí acudían, alegraban las mañanas con los cánticos del pueblo:
Apañando aceituna se hacen las bodas, el que no apaña aceituna, no se enamora.
Apañando aceituna me han convidado. Mira que anillo de oro me han regalado
Apañar aceituna dicen que es vicio. Bien sentada estaría la que lo dijo.
Las mocitas de Mieza crían colores, cuando suben y bajan los reventones.
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