sábado, 29 de junio de 2013

El Tío Maña

Posted by Isabel Martín Hernández in 09/15/2008

Hace ya muchos años en el pueblo de Mieza había un joven que para realizar cualquier actividad dependía completamente del resto de la gente.

Cierto día el padre de dicho chaval le comentó que a la mañana siguiente fuera el solo a la zona de la Ropinal  a recoger los peruchos, pues ya era el tiempo de ello. Sin embargo el hijo por más que insistía su padre se negaba, argumentando que necesitaba la ayuda de alguna otra persona ya que el solo no podría traer la fruta hasta el pueblo.

Viendo su padre que no cedía, le propuso que al acabar la tarea, después de recoger todos los peruchos, llamase al Tío Maña para que le echase una mano. Finalmente el muchacho aceptó.

A la mañana siguiente, antes de que el sol saliera, el joven miezuco ya iba de camino, dirección La Ropinal. Llegando el mediodía  las banastas se encontraban repletas de peruchos. Al ver que había acabado con la tarea de la recolecta comenzó a llamar a voces al Tió Maña. Pasados los minutos, no aparecía y empezó a llamarle en esta ocasión con más insistencia. Ya iba llegando la hora de comer. Y allí se encontraba solo con los cestos llenos en espera de que aquel señor apareciera en cualquier momento; pero no llegaba. Ya cansado de tanto esperar se las apañó para poder llegar hasta la casa de sus padres.

Una vez allí, el padre con la sonrisa en la boca le preguntó:
-Hijo mío ¿Has visto al Tío Maña?
A lo que éste le contestó:
- No  padre, por más que le llamé  por allí no apareció.

Entonces  en ese momento el joven comprendió que él era el que se las tenía que arreglar, él que se las  tenía que amañar.

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