sábado, 29 de junio de 2013

LA ENCINA DEL NIÑO

LA ENCINA DEL NIÑO

Posted by Isabel Martín Hernández in 11/13/2007

            En el pueblo de Mieza de la Ribera, hace ya muchos años, vivía una familia en la zona del Carrascal.  Cierto día, en época de la siembra, al más pequeño de la casa le mandaron ir a cambiar las ovejas de parcela, ya que los padres no podían por estar ocupados. El pequeño muchachito, obedeciendo las indicaciones de sus mayores, se dirigió al lugar. Sin embargo, antes de llegar a su destino, se presentó de repente una de esas horribles tormentas: todo el cielo estaba cubierto, totalmente negro. El niño asustado se metió en el hueco de una gran encina próxima. En ese rato en el que permaneció allí metidito, se le hizo de noche.

           
Al llegar los padres a casa, después de estar en el campo, y al ver que su hijo no llegaba habiendo ya oscurecido, muy preocupados, decidieron salir en su búsqueda. Las horas pasaban lentamente, y aún así, nadie tenía noticia del paradero del chaval.

           
Desistió la búsqueda, pues no lograban ver a penas nada. A la mañana siguiente, antes de que saliese el sol, retomaron de nuevo la marcha. Y, en esa ocasión, tuvieron más suerte, pues encontraron a su hijo dormido y sequito dentro de la encina que le había protegido.  

           
Esta encina milenaria se encontraba en la ya mencionada zona del Carrascal. Disponía de unos 4 m de diámetro; y su interior estaba totalmente hueco. En la actualidad no queda ningún resto de ella que indique de su existencia. La encina ya llevaba bastantes años seca, pero en el último fuego, hace unos seis años aproximadamente, se quemó gran parte. Sin embargo, ha sido hace tres años, en el arreglo de los caminos para hacerlos más anchos y rectos, cuando ha desaparecido por completo.

Fuente: Anselmo Hernández Calvo. Mieza de la Ribera, 30-08-07.

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