Posted by Isabel Martín Hernández in 11/12/2007
Bajando la cuesta que nos lleva al Puente Robledo, antes de llegar a éste, arrimada a la pared de la izquierda, hay una inscripción grabada en una roca. En ella podemos leer el año en el que subió el agua de una manera descomunal: 1629.
El año pasado, el 24 de noviembre, 377 años después de lo ocurrido, le falto poquito al agua para alcanzar dicha piedra. Se estima que fueron más o menos 30 metros de crecida.
A ver si este año la lluvia cae de forma más moderada, y no batimos record.
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