sábado, 29 de junio de 2013

LA HISTORIA DEL TAMBORILERO Y LOS LOBOS, Recordando a Manuela Prieto.

Posted by Isabel Martín Hernández in 01/20/2008
  • Las historias que os muestro a continuación han sido escritas por Elías (http://www.devillasbuenas.es/blog/index.php). En el primer relato podréis comprobar la similitud que existe entre otra historia de este blog (Los lobos al son de tamborilero):          
“Contaba mi abuela Manuela, que en cierta ocasión, cuando el Egido Nuevo era todavía una mata de monte que llegaba por lo menos al huerto suyo, una noche regresaba de Cabeza Caballo el tamborilero de Villasbuenas, no recordaba cuál.
Que por aquello que pasa, entre la raya y el cruce, pasó de apenas ver por donde iba a no ver ni las orejas del burro que lo traía.
Y la cañá de la Palomba por pasar, que entre zarzas, piedras y bardas, y la luna que ese día libraba, milagro sería llegar al Puente el Bardialón sin haber hecho dos calvarios completos, por aquello de las tres caídas.
Y con estos, y otros pensamientos por el estilo, venía embaído, cuando se quiso dar cuenta que la caraba hacía rato lo había dejado, y que en su lugar tras él venían dos puntitos brillantes que, zorro curioso, pensó, no tendrá mejor cosa que hacer que espantarme el burro, que buena falta le haces para terminar por revolcarme.
Pero al poco cayó en la cuenta, que a más cerca los brillantes ojos, el burro más engrillás las orejas traía.
Y por el escalofrío que le entró, por un momento pensó que algún “ánima bendita” por compañero lo había tomado, que ninguna falta le hacía semejante compañía, que por muy santa y perdida que anduviera, el camino bien que lo sabían, tanto él como el que ya lo llevaba encima.
Y en estas andaba, cuando de las Cabezas le llegó el aullido de un lobo, y no había acabado cuando justito detras suyo, los ojos se levantaron y le contestó la llamada.
Y yo sin un cacho palo, pensó, con el tamboril y la flauta poco voy a hacer.
Y hete aquí al buen hombre, llegado ya a la la rodera la Calzaita, no con un lobo detrás, sino con dos, cuando recordó que en las alforjas traía un rebojo pan y un medio queso que le habían metido las buenas gentes de Cabeza Caballo.
Que si se lo iban a tragar los lobos de un solo bocao, mejor írselo dando de a poco y por migajas, a ver si con suerte, algún aprisco se encontraba y algún perro los olfateaba, a él, el animal y la compaña.
Pero por más que estiró el coscurro de pan y el queso, al llegar a la caña la Mata sólo le faltaba a los dos lobos pedirle el vino, de la confianza con la que se le arrimaban ya.
Y antes de alcanzar la cañá de Nuestra Señora, acabada la “caridad” suya y la paciencia de los lobos, visto que sólo le quedaba por elegir si cenar burro o tamborilero, según decía mi abuela Manuela que contaba nuestro hombre, “saqué la flauta y dije ¡a buena cena, mejor música!, y me puse a tocar el baile las Madrinas, pero el picao.
Y el empezar a tocar y dar un respingo los lobos fue todo uno, que si antes lo hubiera pensao y hecho, no solo se habría ahorrado el susto, sino el pan y el queso, que ahora era lo que más le dolía.
Y cuando le preguntábamos a mi abuela que pa donde tiraron, ella decía: pa casa, que no eran horas.
No, abuela, los lobos.
Pues mira hijo, os digo lo mismo que él decía, “cuando vaya a por el burro le pregunto, a ver si él se enteró, porque yo, cuando me pongo a tocar, no pienso en nada más”.
Y llegados a este punto, no fallaba, alguno le preguntábamos, “abuela, y ¿cómo era aquello de “pastorvinoelobo”? Y he aquí su cuento:
Llegada que era la noche de San Juan, se encontró el amo al pastor en la fonda que fue de Tio Cominos, y si mala cara puso uno, menos gracia le hizo al otro, que por las miradas se veía el poco cariño que se tenían.
Pero como no era noche de aguar la fiesta, ni a si ni a los que con ellos iban, el amo se adelantó y por hacer ver quién mandaba, el uno, y quién más retranca tenía, el otro, ésta fue su última conversación como amo y pastor:
.-Pastor, ¿vino el lobo?
.-¡No, que marcharía!
.-¿Y llevó? (ovejas)
.-No, que dejaría
.-¿Y de cuales llevó, de las blancas o de las negras?
.-De las colorás. como tantas tenías.
.-En mi vida vi pastor tan respondón.
.-Ni yo amo más preguntón.
.-¡Mañana te doy la cuenta!.
.-¡No esperes, que hoy me voy yo!”

No hay comentarios:

Publicar un comentario